Joyería: abastecimiento cada vez más responsable

Los principales actores del sector exploran tres vías al mismo tiempo: mejorar la trazabilidad de las entregas, restringir el abastecimiento y participar directamente en la mejora de las condiciones sociales y medioambientales en las que se produce el metal. Este triple enfoque implica iniciativas individuales, pero también una cooperación cada vez más avanzada.

Dados los retos medioambientales y sociales a los que se enfrenta, el sector de los metales preciosos está siendo instado por sus partes interesadas a avanzar hacia un modelo más sostenible de lo que a veces ha sido en el pasado. Los actores asociados a las fases posteriores de la cadena de valor tienen una responsabilidad particular, porque al seleccionar meticulosamente a sus socios y condicionar su abastecimiento a criterios estrictos de sostenibilidad, tienen la oportunidad de influir directamente en todas las prácticas de los actores de las fases iniciales, hasta la extracción y el tratamiento de los minerales.

Presión por parte de los legisladores, pero también de los clientes

Hay dos razones que explican esta tendencia general hacia prácticas más responsables. La primera es regulatoria. Los legisladores presionan cada vez más a las empresas para que adopten prácticas más virtuosas. La Directiva europea CSRD (Directiva relativa a la presentación de información sobre sostenibilidad por parte de las empresas) pretende mejorar, y sobre todo armonizar, la divulgación de información ambiental, social y de gobernanza (ASG) por parte de las empresas a partir de 2024, animándolas a adoptar estrategias legibles y ambiciosas. Más recientemente, el Parlamento Europeo también adoptó la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (DDDSC), que obliga a las empresas a mejorar la trazabilidad.

La segunda razón surge a raíz de las exigencias de los clientes finales, cada vez más sensibles a la repercusión de su consumo y que ahora exigen pruebas de sostenibilidad antes de comprar una joya. Esta demanda es aún más imperiosa si se tiene en cuenta que la industria de la joyería depende del suministro de piedras y metales preciosos, una gran parte de los cuales procede de pequeños productores que se enfrentan a problemas especialmente delicados: unas condiciones de trabajo precarias, la calidad de los equipos, el difícil acceso a los canales formales y la equidad en la redistribución de los ingresos.

Esquemas divididos en tres componentes complementarios

¿Qué medidas están adoptando los principales actores de la industria joyera en estas condiciones? Las políticas de desarrollo sostenible se han formalizado desde hace mucho tiempo para proporcionar un marco a las iniciativas y garantizar que se lleven a cabo a largo plazo. Se están explorando tres vías. La primera es reforzar la trazabilidad de las entregas de materias primas para garantizar a los consumidores que sus joyas no estén «manchadas» por abusos contra los derechos humanos o el medioambiente. La segunda consiste en restringir el aprovisionamiento a los países y regiones que cumplan unas normas mínimas. La tercera consiste en mejorar las condiciones sociales y medioambientales de la producción mediante el apoyo directo a las cooperativas y la intervención en el proceso de extracción y transformación a través de proyectos de formación, suministro de equipos y financiación.

Respuestas que son a la vez colectivas…

Estas acciones se llevan a cabo de dos maneras diferentes. En primer lugar, son colectivas, y se basan en una cooperación cada vez más estrecha entre los propios joyeros, pero también con instituciones públicas y privadas, científicos y ONG. Se han creado organismos específicos para definir las normas del sector y poner en común los recursos humanos y financieros. Es el caso, por ejemplo, de la asociación Swiss Better Gold, que reúne a los principales actores de la industria joyera suiza, como Audemars Piguet, Cartier y Chopard, y de la Alliance For Responsible Mining. Su objetivo común es garantizar a los joyeros que sus suministros de metales preciosos se basan en una remuneración justa para toda la cadena de valor, y apoyar a las cooperativas de mineros artesanales en sus esfuerzos por adoptar prácticas más responsables mediante la puesta en marcha de proyectos concretos sobre el terreno.

Otra iniciativa clave es el Consejo de Joyería Responsable (RJC). Esta organización sin ánimo de lucro pretende promover y certificar prácticas éticas en todo el mundo a lo largo de la cadena de suministro de oro y diamantes mediante la definición de normas y la expedición de certificaciones oficiales a las empresas que las cumplan.

… e individuales

Además de estas respuestas colectivas, los joyeros también están abordando esta cuestión a su nivel, para garantizar la sostenibilidad de su propio abastecimiento. Todos los actores del sector han tomado medidas en este sentido. En el caso de los más grandes, estas medidas están mayormente centralizadas, de modo que las mejores prácticas puedan compartirse en toda su cartera de marcas. Lo anterior se aplica en particular a Richemont, cuya planta de procesamiento Varinor está certificada por el RJC para la sostenibilidad de sus suministros. Asimismo, se ha diseñado una gobernanza específica en torno a un nuevo órgano, el Gold Sourcing Committee, cuya función es definir las normas, validar el aprovisionamiento y supervisar todos los eslabones de la cadena. Por último, se ha diseñado y puesto en marcha un conjunto de herramientas y procesos para identificar riesgos lo más aguas arriba posible de la cadena de suministro y, a continuación, evaluarlos y gestionarlos para la sostenibilidad de dicha cadena.

Por su parte, LVMH se compromete a dotar a todas sus cadenas de suministro estratégicas de un sistema de trazabilidad específico de aquí a 2030, lo que garantizará una transparencia total de los productos y de todos sus componentes. Este objetivo implica varias etapas: en primer lugar, el conocimiento de los países de origen de las materias primas estratégicas, seguido de la aplicación de herramientas de mapping de proveedores definidas en función del sector y de la madurez de la cadena de suministro. Para cada una de las materias primas en cuestión, incluidos por supuesto los metales preciosos, el Grupo ha puesto en marcha un ambicioso proceso de certificación, basado en las normas más rigurosas del sector. Dicho enfoque recuerda al de Kering. Este otro actor mundial francés ha impuesto normas de abastecimiento muy estrictas a todos sus proveedores. Estas se actualizan periódicamente y constituyen la base para garantizar que las prácticas se ajustan a los criterios sociales y medioambientales definidos por el Grupo y sus distintas empresas. Mientras que el 95 % de las principales materias primas utilizadas por el Grupo son ahora trazables, el 100 % del oro comprado para joyería ya está definido como responsable.

Y esto es solo el principio, ya que la primera fase de estas estrategias para hacer que el abastecimiento sea más responsable pronto llegará a su fin, y las siguientes etapas ya están siendo estudiadas por los equipos directivos de los principales actores de la industria joyera. Esto beneficiará enormemente a los propios productores de materias primas.

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